"Donde nacen las estrellas y se producen las leyendas", es la presentación del Apollo.
Es miércoles y el conocido barrio de Harlem se prepara para celebrar la tradicional noche de aficionados en el escenario de uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York. Pero esta noche será especial. El teatro Apollo celebra su 75º aniversario.
"Donde las estrellas nacen y las leyendas se producen", así se presenta el Apollo al mundo desde que en 1934 abrió sus puertas para ofrecer la primera de las populares noches de aficionados o debutantes.
El programa incluía una joven de 17 años que a la postre se convertiría en la primera dama de la canción estadounidense.
Ella Fitzgerald, considerada la vocalista de jazz más influyente en este género musical, impresionó tanto al público y a los músicos del lugar que esa noche no sólo debutó como cantante, sino que inició su exitosa carrera.
Los pasos de Ella fueron seguidos por otras leyendas de la música como James Brown, Stevie Wonder, Diana Ross y Michael Jackson junto a sus hermanos. Todos se consagraron en una noche de aficionados al superar la exigente crítica de la audiencia.
Embajador
A partir de entonces el Teatro Apollo fue construyendo su reputación como la principal vitrina para exponer el talento de los artistas negros.
"En 1934 los artistas afroamericanos no podían actuar en ningún lugar por lo que el Teatro Apollo fue el primer lugar en brindarles una oportunidad. Es por eso que casi cada una de las leyendas que se formaron en aquella época actuaron en el Apollo", explicó a la BBC Jonelle Procope, de la Fundación que ahora se encarga de administrar el teatro.
Su popularidad rebasó los límites de Harlem y el concurso de aficionados se transformó en un programa de televisión, donde el "verdugo" salía al tablón con una escoba para barrer a los artistas rechazados por el público.
Su principal embajador ha sido sin duda James Brown, el padrino del soul, quien grabó en el Apollo uno de sus mejores discos en vivo. En agradecimiento, el teatro recibió a miles de personas que le rindieron un último tributo tras su muerte en 2006.
Pese a un período oscuro en las décadas del sesenta y setenta, el Teatro Apollo sigue vigente 75 años después, atrayendo a conocidos artistas de hoy -Bjork, Jay-Z, Gorillaz- sin importar origen, color o genero musical.
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